Los ayuntamientos deberán censar los edificios con amianto para su retirada

En el metro, en las escuelas, en naves industriales, en los edificios y oficinas… Como una “epidemia silenciosa” definen varias organizaciones medioambientales, sanitarias y sociales los efectos del amianto, un material de construcción ahora prohibido pero muy utilizado en la segunda mitad del siglo pasado. La nueva ley de residuos y suelos contaminados que prepara el Gobierno obligará a todos los ayuntamientos de España a elaborar un censo de instalaciones con amianto y un calendario para la retirada de este material cancerígeno por una empresa autorizada como Altais.

Solo el mesotelioma, un tumor muy agresivo que afecta a la pleura y causado principalmente por la exposición al amianto, se cobrará la vida de 300.000 ciudadanos europeos de aquí a 2030, según varios informes del Comité Económico y Social Europeo, un órgano consultivo de la UE. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que cada año en Europa se diagnostican entre 20.000 y 30.000 nuevos casos de enfermedades relacionadas con el amianto.

Se prevé que el proyecto de ley de residuos que ultima el Ministerio para la Transición Ecológica en el que se incluirán medidas contra el amianto sea aprobado entre marzo y abril en el Consejo de Ministros. Luego será enviado a las Cortes para su tramitación definitiva, señala el departamento de la vicepresidenta Teresa Ribera. La norma, que debe servir para trasponer un par de directivas europeas ante el riesgo de que España vuelva a ser expedientada por otro incumplimiento medioambiental, creará dos nuevos impuestos: uno sobre el depósito de residuos en vertederos y la incineración y otro especial sobre los envases de plástico no reutilizables, como anunció el pasado año el Gobierno.

Pero la última versión del proyecto, incluye como novedad una disposición adicional en la que se establece que “antes del 1 de enero de 2023, los ayuntamientos elaborarán un censo de instalaciones y emplazamientos con amianto incluyendo un calendario que planifique su retirada”. “Dicho censo, que tendrá carácter público, será remitido a las autoridades sanitarias y medioambientales competentes de las comunidades autónomas, las cuales deberán inspeccionar para verificar, respectivamente, que se han retirado y enviado a un gestor autorizado”, añade el proyecto.

La puesta en marcha de medidas contra este material es una reivindicación de un amplio grupo de colectivos, como la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, la Asociación Española contra el Cáncer, la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos y Ecologistas en Acción, que se han unido para solicitar una ley integral contra el amianto. A la espera de esa norma específica, en la ley de residuos ya se fijará la obligación de la realización de los censos. Esta había sido una solicitud concreta de este colectivo. Carlos Arribas, miembro de Ecologistas en Acción, aplaude que se haya incluido el censo obligatorio, aunque considera que la propuesta de su organización era “más ambiciosa”. Pedían, por ejemplo, el establecimiento de mandatos de retirada del amianto con fechas concretas. Una portavoz de Transición Ecológica apunta a que el “ministerio no puede ir más allá de sus competencias”; según señala, la mayoría de responsabilidades en este caso residen en las comunidades y los consistorios.

“El amianto está por todas partes”, alerta Arribas. Como un problema de “salud pública, medioambiental y laboral” define este asunto la plataforma que busca esa ley específica contra este material contaminante. Sus integrantes, que en noviembre hicieron público un manifiesto, lamentan que en España todavía no se haya “abordado un instrumento legislativo para erradicar el amianto”. “Se estima que el 65% del amianto instalado en todo el territorio español ha finalizado su vida útil (30-35 años), lo que incrementa su peligrosidad al desprender una mayor cantidad de fibras letales al ambiente”, señala la plataforma.

Arribas considera que la erradicación del amianto no solo puede tener beneficios para la salud y el medio ambiente, sino también para la actividad económica del país. La sustitución de este material por otros puede impulsar al sector de la rehabilitación de edificios, por lo que su organización propone que esta actividad sea incluida en los planes de recuperación que se impulsarán con fondos públicos nacionales y europeos.

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UGT Y ECOLOGISTAS EN ACCIÓN PRESIONAN PARA QUE EL GOBIERNO ELABORE UNA LEY QUE OBLIGUE A RETIRAR EL AMIANTO

UGT informa de que las muertes superaron la veintena en 2020 y reclama, junto con expertos en Salud Pública y colectivos ecologistas, una ley que garantice el fin definitivo del asbesto en España. Por su parte, neumólogos alertan de que la presencia de este material en edificios y los vertidos hacen que el amianto se esté convirtiendo poco a poco en un problema que trasciende al ámbito laboral.

Santos González ha sido la última víctima del amianto. Fue el primer trabajador del Metro de Madrid al que se le diagnosticó asbestosis –la enfermedad crónica pulmonar que se desarrolla por la inhalación de partículas de amianto– y el séptimo que pierde la vida en la empresa pública de transportes. Su muerte, tras décadas reparando escaleras mecánicas, es el símbolo de un problema de salud pública que se extiende más allá de los andenes y vagones de la capital española. Tanto es así, que los datos de UGT confirman que en 2020 se produjeron 23 decesos profesionales por causa de este material tóxico que durante mucho tiempo se utilizó en España como material de construcción. Una cifra que supone un ligero descenso respecto a los últimos registros de la Seguridad Social, que hablan de 32 fallecidos por esta causa en 2018.

Desde el sindicato explican que los daños que el amianto provoca podrían ser superiores si se mejorasen los criterios con los que la Seguridad Social identifica las enfermedades laborales. «La asbestosis está relacionado directamente con exposición al amianto y es fácil de reconocer en los trabajadores, pero hay otros casos que se deberían contemplar, y que ya se han dado en algunas sentencias, ya que muchos familiares que conviven con los trabajadores también se exponen al desarrollo de algún tipo de cáncer», advierte José de las Morenas, coordinador de Salud Laboral de UGT.

Desde 2002 el trabajo con amianto está prohibido en España, sin embargo, su presencia continúa siendo una máxima. De hecho, en el Registro de Empresas por Riesgo de Amianto (RERA) que cada Comunidad Autónoma elabora se contabilizan centenares de compañías cuyos trabajadores se ven expuestos a este material tóxico. La mayoría de ellas se dedican precisamente a las labores de limpieza de asbesto. En Madrid, la lista asciende a las 481 empresas; en Euskadi hay 266; y en Catalunya más de mil. Y es que, este material fue empleado como material de construcción durante la segunda mitad del siglo XX, así como aislante para la fabricación de piezas de transporte, lo que hace que la mayor parte de los trabajadores que se exponen a él procedan de empresas ferroviarias como Renfe o Metro.

Un problema de salud pública
Carlos Arribas, responsable de Residuos de Ecologistas en Acción, señala que las cifras dramáticas relacionadas con muertes laborales son, a pesar de todo, la minoría de un problema que permanece oculto. «Lo que existe es una exposición incontrolada por parte de toda la población, debido a la ingente cantidad de vertidos de amianto y a la permanencia de este material en instalaciones públicas. Por desgracia, no sabemos la cantidad exacta de edificios que puedan tener todavía amianto en su interior y por eso creemos que es necesario que se realice un censo para empezar a atajar el problema», argumenta el activista.

«El amianto fue ampliamente distribuido. Se decía que era incorruptible, pero cuando pasan 20 o 30 años, se deteriora y empieza a liberar partículas muy finas que se pueden liberar con el aire. Hay que tener en cuenta que están presentes en multitud de edificios públicos, incluso colegios, por lo que los riesgos son elevados», advierte Carmen Diego, jefa de Neumología en el Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol. De hecho, un informe de CCOO denunciaba en 2018 que el 80% de los colegios de la capital española podrían tener restos de amianto. A ello, hay que añadir la tendencia de reutilizar algunos componentes como tejados de uralita para la fabricación de cubiertas en huertos o garajes de ámbito rural. «Por desconocimiento, muchas personas han retirado esos materiales y los han reaprovechado, sin saber que no es un material reciclable. Esto abre un problema de exposición ambiental», agrega la experta.

Apenas unos segundos de exposición a una de estas fibras puede derivar en una grave enfermedad pulmonar. «No hace falta mucho tiempo para que se incrementen las posibilidades de padecer un mesotelioma, que es un cáncer de pleura –la membrana que rodea el pulmón– muy agresivo del que no existe ningún tratamiento curativo», informa la neumóloga.

«Inicialmente el mesotelioma se detectaba en ámbitos laborales. Luego se fue ampliando y se empezó a detectar en familiares. Sin embargo, en la actualidad vemos que cada vez hay más personas que lo padecen sin tener relación laboral con el amianto», detalla Josep Tarrés, neumólogo, doctor en Medicina y experto en amianto. El mesotelioma está ahora mismo al alza. Y es que la enfermedad tiene una latencia muy lenta, es decir, tarda en aparecer hasta 20 o 30 años desde la exposición a la enfermedad lo que hace, según el experto, que «nos ubiquemos en la rampa de salida de la epidemia».

Los datos de este neumólogo, una de las personas que más ha estudiado los efectos del asbesto en la salud, hablan de una evolución ascendente de los mesotelioma, cuya aparición se relaciona al 100 % con el amianto. Si a principios del siglo XX se detectaba un caso por cada millón de habitantes, en la década de los noventa la frecuencia pasó a los 4 casos por cada millón en toda España. Los últimos datos manejados por el doctor hablan de que entre 2005 y 2015 ya había una tasa de 7 casos detectados por cada millón de habitantes. En lo que se refiere al cáncer, Tarrés apunta que entre el 10% y el 15% de los casos diagnosticados tienen relación con la exposición al amianto.

Una ley para erradicar el amianto
«Erróneamente la gente piensa que es un problema del pasado, exclusivamente de gente que ha tratado con el amianto, pero la realidad nos dice que no es así. Si no actuamos ya, no sólo veremos morir de amianto a gente de nuestra generación, sino que veremos morir a nuestros hijos por ese amianto que se acumula y que no está siendo tratado como se debe», denuncia Leonardo Visconti, miembro de la plataforma Por una ley integral de amianto, que cuenta con colectivos ecologistas y asociaciones médicas por la salud pública.

Desde UGT reconocen también la urgencia de una ley que de protección a los trabajadores que durante años han estado expuestos a ese material, pero también ataje el problema de raíz, ya que se ha convertido en un problema que afecta a toda la sociedad. Según los colectivos, esa herramienta legislativa debe estar provista de un fondo para indemnizar a los familiares de las víctimas que hayan muerto por las partículas tóxicas. También debe poner las bases para censar todas las empresas, edificios y vertidos que cuenten con amianto, así como mejorar los protocolos de actuación para su eliminación total.

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PIDEN INDEMNIZACIÓN PARA UN TRABAJADOR DE CAF ENFERMO POR RETIRAR AMIANTO

EL EMPLEADO DE LA PLANTA DE BEASAIN PARTICIPÓ EN LA RETIRADA DE RESTOS DE URALITA POR LA SUSTITUCIÓN DE TEJADOS EN 1990

Un extrabajador de CAF de Beasain, aquejado de un mesotelioma maligno, reclama a esta empresa una indemnización de 313.685 euros en concepto de daños y perjuicios por «permanecer expuesto al amianto sin las preceptivas medidas de protección», según informa Asviamie.

La Asociación de Víctimas del Amianto de Euskadi ha precisado en un comunicado que el juicio por este caso se celebrará este mismo miércoles en el Juzgado de lo Social número 5 de San Sebastián. La misma fuente ha precisado que el operario trabajó en la planta que CAF tiene en Beasain desde 1965 hasta 2012, año en el que se jubiló.

Posteriormente, en 2019 fue diagnosticado de un mesotelioma maligno y un año después le fue reconocida la incapacidad permanente absoluta derivada de enfermedad profesional. Asviamie ha asegurado que el informe de Osalan considera «muy probable que el trabajador sufriera exposición al amianto durante el tiempo en que participó en la retirada de restos de uralita por la sustitución de los tejados en 1990».

«Dicha exposición se produjo sin que la empresa adoptara las preceptivas medidas de protección, que resultaban exigibles, según la normativa vigente en la época, motivo por el cual el trabajador estuvo expuesto a esa sustancia», ha precisado Asviamie.

Esta asociación ha pedido a CAF que «deje de negar la existencia de amianto en sus instalaciones en décadas pasadas, y su incumplimiento reiterado en la adopción de las medidas de seguridad necesarias».

«Ha llegado la hora cambiar de actitud, pedir perdón, y colaborar con la creación de un fondo de compensación para las víctimas del amianto a fin de que no tengan que acudir éstas, una y otra vez, a la vía judicial», ha concluido.

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PIDEN UNA INDEMNIZACIÓN POR NO ADOPTAR MEDIDAS CONTRA EL AMIANTO

La familia de Cosme C.C., fallecido a consecuencia de un mesotelioma pleural, piden una indemnización de 145.725,79 euros a Ezcurra y Ozores S.A., Fibesa, Fundaciones y Mantenimiento S.A., Sidenor Industrial y Cofivacasa por no haber adoptado medidas preventivas para evitar su exposición al amianto. (más…)

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Fallece uno de los trabajadores de Metro de Madrid con Cáncer por Amianto.

Un trabajador de Metro ha fallecido este domingo a consecuencia de la asbestosis (cáncer) derivada de la exposición a fibras de amianto presentes en la red del suburbano. Según han explicado a Europa Press fuentes sindicales, se trata de Santos González, uno de los trabajadores que tenían reconocida la enfermedad profesional por los efectos de este material en su salud.

Se incorporó a trabajar en el suburbano en 1976 y estuvo muchos años desplegado en mantenimiento de escaleras mecánicas. Santos participó, ya enfermo, en la comisión de investigación de la Asamblea de Madrid sobre presencia del amianto en el suburbano en 2018.

Allí relató que un neumólogo del Hospital de La Paz le confirmó la asbestosis (cáncer) en 2016, pero que la compañía no le reconoció la enfermedad profesional hasta pasados dos años.

Metro de Madrid acepta indemnizar a la familia del primer fallecido por amianto Metro de Madrid acepta indemnizar a la familia del primer fallecido por amianto

Metro de Madrid acepta indemnizar a la familia del primer fallecido por amianto

Asimismo, expuso que todos los trabajadores de mantenimiento conocían que había elementos con amianto en estos dispositivos, en concreto en unas zapatas de frenos y en un elemento de los reposamanos, y que cuando manipulaban se desprendían fibras; pero que no se utilizaba ningún protocolo concreto ni equipos específicos para evitar riesgos de exposición.

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JOSÉ MARÍA ÍÑIGO MURIÓ POR EL AMIANTO QUE HABÍA EN TVE

En sus últimos años, el mítico presentador José María Íñigo intentó probar que el cáncer de pulmón que padecía, y que terminaría por llevarle a la tumba en 2018, se originó en su trabajo; concretamente en la fibra aislante de amianto azul que recubría las paredes de los estudios de TVE en Prado del Rey en los que él trabajó durante décadas. No lo logró. Ayer fue la familia del conductor de Estudio Abierto, Esta noche fiesta o Directísimo quien, tras demandar a TVE, se acercó al final de la causa con una vista en el juzgado número 2 de lo Social de Madrid. Durante tres horas, se entrevistó como testigos a trabajadores de RTVE y se reincidió que el tipo de tumor que desarrolló Iñigo era un mesioteloma pleural, bastante raro y que prácticamente solo crece por contacto con amianto.

La familia no pide a RTVE una compensación económica, sino que se pueda considerar el cáncer del periodista vasco una enfermedad profesional. “La pensión de viudedad es distinta. Por tanto, no se hace por una cuestión económica, sino de derechos”, explica la abogada demandante, Andrea Peiró. Los dos testigos que pasaron por el juzgado ayer por la mañana -un decorador y un electricista- tienen una enfermedad similar, declarada profesional. El diagnóstico de Íñigo llegó a finales de 2015, cuando tuvo que ingresar en el hospital por un derrame pleural. No se retiró de la televisión hasta poco antes de su muerte: en 2017 presentó su último Eurovisión y en mayo de 2018, falleció.

Si bien el suyo es el nombre más famoso en denunciar los estragos del amianto en Prado del Rey, no es el único. La casa lleva décadas luchando por limpiar su sede del material: primero se intentó aislar, en los años ochenta (antes estaba expuesto a simple vista), luego se pasó a medidas más drásticas, como demoler, ya en la década pasada, siete edificios del complejo, entre ellos la sede administrativa de TVE (de los años sesenta), el bloque que alberga los estudios 1, 2 y 3 y la corona técnica (casi 10.000 metros cuadrados en total). Tampoco se pudo salvar el inmueble dedicado a la construcción de decorados (1.200 metros), el de moviolas (1.000), y los almacenes de atrezo o de grúas.

Por otro lado, la conocida como Casa de la Radio, sede de RNE de 8.900 metros cuadrados, se creía más segura por ser posterior al núcleo duro del desarrollismo español (edad de oro del uso del amianto en este país). En 2019, sin embargo, un informe solicitado a una consultora de seguridad reveló que el material seguía presente en paredes, techos, aislamientos y conductos de climatización.

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Condenan a CAF a pagar 280.000 euros a la familia de un trabajador fallecido por amianto

El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) ha ratificado una condena anterior a la empresa Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles SA (CAF) y a una de sus subcontratas a pagar casi 280.000 euros en concepto de indemnización a la familia de un trabajador fallecido debido a la exposición al amianto, han informado fuentes de CCOO.

El sindicato ha explicado que en una reciente sentencia el alto tribunal ha ratificado la condena impuesta por un tribunal de primera instancia a CAF y a la empresa José Manuel Armesto Valcarce (subcontrata de la anterior) al pago solidario de dicha indemnización a la familia de un trabajador fallecido en noviembre de 2018 a causa de un mesotelioma pleural maligno, enfermedad derivada de la exposición profesional al amianto.

El operario trabajó en las instalaciones de CAF durante seis meses entre los años 1971 y 1972 y en el centro de trabajo entró en contacto con el amianto en operaciones de montaje de trenes.

CCOO ha indicado que los tribunales han considerado acreditado que en las instalaciones de CAF había exposición al amianto, sin que se utilizase en el período citado un sistema de extracción específico en las tareas de manipulación de amianto cuando se podían desprender fibras y sin que se facilitasen equipos de protección individual adecuados al riesgo. Asimismo, ha denunciado que durante el proceso judicial CAF ha intentado alegar, sin éxito, que hasta 1973 se desconocían los efectos nocivos del amianto, a su juicio, un «débil» argumento con el que la empresa ha intentado eludir su responsabilidad.

CCOO ha afirmado que en la época citada «existía ya regulación legal en relación a las medidas de protección específicas ante exposiciones laborales al amianto, regulación que hacía referencia a los reconocimientos médicos, a la concentración máxima de partículas en el ambiente, a los equipos de protección y a la información que era obligatorio trasladar a la plantilla».

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La Fiscalía denuncia por homicidio imprudente a siete responsables de Metro de Madrid por la presencia de amianto

La Fiscalía Provincial de Madrid ha presentado una denuncia contra siete responsables de salud y prevención de riesgos laborales de Metro de Madrid por poner en «riesgo» a los trabajadores del suburbano por la presencia de amianto, y en la que les acusa de haber cometido presuntamente tres delitos: contra los derechos de los trabajadores, homicidio imprudente y lesiones por imprudencia.

Para la Fiscalía, que en marzo de 2018 abrió diligencias para investigar la presencia de amianto en el suburbano, los denunciados infringieron de forma «grave» las normas de prevención de riesgos laborales «creando una situación de riesgo para los trabajadores, a los que permitieron trabajar con MCA (amianto), altamente peligroso para su vida, careciendo de toda política preventiva».

Asimismo, la Sección de Siniestralidad Laboral del Ministerio Público sostiene en su denuncia que estos siete responsables de Metro, «conocedores de la existencia de este material», ocultaron a los trabajadores y a sus representantes que las piezas que manipulaban contenían amianto y, además, no se les facilitó ni la información ni la formación necesaria para trabajar con seguridad. También denuncia que no se «les entregaron equipos de protección individual preceptivos para manipular el amianto con seguridad» y que «un número indeterminado de trabajadores» han estado expuestos hasta 2017 «de manera continuada» a «gravísimas enfermedades».

Para el Ministerio Público, la ocultación de este riesgo ha supuesto una «desprotección absoluta» y un desprecio «intolerable» a la seguridad de los trabajadores. Según una nota a la que ha tenido acceso este diario, la Fiscalía no entiende cómo habiéndose adoptado unas medidas de seguridad entre 2003 y 2006, como la sustitución de piezas con amianto o su encapsulado, después se permitió a los operarios realizar trabajos de mantenimiento sobre piezas que contenían este material hasta 2017 sin adoptar medidas.

DOS TRABAJADORES FALLECIDOS
Hasta la fecha, dos trabajadores de Metro de Madrid han fallecido por la exposición prolongada con amianto y otros dos tienen la enfermedad reconocida. Este extremo, dice la Fiscalía, «supone la materialización de la situación de riesgo creada por la empresa y por los denunciados».

Según recuerda el Ministerio Público, además de estos trabajadores, han estado expuestos al riesgo al menos otros 186 empleados en servicio activo en el Servicio de Mantenimiento de trenes de ciclo corto, 189 en el servicio de Mantenimiento de Talleres Centrales, 476 en activo en diferentes servicios y 56 en la sección de escaleras mecánicas.

La sección especializada de siniestralidad laboral de la Policía Municipal elaboró un informe en el que advertía de que Metro de Madrid conocía desde 2004 la obligación de acometer medidas para garantizar la seguridad y salud de los trabajadores, pero que no fue hasta febrero de 2018 cuando la empresa empezó a realizar un protocolo de actuación en materia de riesgos laborales, un año después de que tuviera conocimiento de la enfermedad de un trabajador.

La Fiscalía Provincial del Madrid ha denunciado a F. L. O., responsable de la Unidad de Prevención y Salud Laboral desde el 6 de noviembre de 2003 hasta el 24 de enero de 2012; P. S. A. L., gerente de prevención laboral desde el 1 de enero de 2011 al 17 de noviembre de 2009; J. N. D. coordinador de Prevención de Riesgos laborales desde el 1 de mayo de 2015 a la actualidad; B. R. R., Coordinadoras de Prevención de riesgos laborales desde el 1 de diciembre de 2009; E. F. C. G., responsable del Servicio de Prevención y Salud Laboral, desde el 6 de enero de 2012 a la actualidad; J. M. G., responsable del Área de Prevención y Salud Laboral, desde el 6 de noviembre de 2015 a la actualidad; J. O., perteneció a la Gerencia de Mantenimiento de Material móvil en diferentes áreas desde abril de 2003 a 31 de diciembre de 2005.

LAS REACCIONES
Tras conocer la denuncia de la Fiscalía, Metro de Madrid ha manifestado su respeto ante las resoluciones que adopte la Justicia y ha detallado que se tomará una decisión respecto a los empleados denunciados cuando exista una «sentencia firme», informa Europa Press.

El responsable de CCOO en Metro de Madrid, Juan Carlos de la Cruz, ha indicado a este diario que se personarán en la causa como sindicato cuando se conozca el juzgado que llevará el caso, aunque ha lamentado que la Fiscalía no haya incluido en su denuncia a ningún responsable político.

Por su parte, el comité de empresa ha sostenido que sus servicios jurídicos «van a valorar si se personan como acusación particular» en la causa, según ha expresado el secretario del comité, Teo Piñuelas.

En febrero de 2018, EL MUNDO destapó la presencia de amianto en los vagones de las líneas 1,6 y 9 del suburbano y, días después, la Inspección de Trabajosancionó a la compañía por incumplir la normativa de seguridad con 191.000 euros.

Desde entonces, se han sucedido los casos en los que se ha hallado este material en trenes e instalaciones de Metro, el último sucedió la semana pasada, cuando los andenes de la Línea 10 de la estación de Tribunal tuvieron que ser cerrados al público por la presencia de este material.

Actualmente, Metro de Madrid tiene en marcha un plan, que arrancó en abril de 2018 dotado de 140 millones, para la retira de amianto en siete años.

La exposición al amianto, un mineral que puede liberar fibras tóxicas al aire, puede producir tres tipos de cáncer -asbestosis, cáncer de pulmón y mesotelioma-, que pueden causar discapacidad o incluso la muerte. España prohibió su producción en 2002.

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Dos detenidos y un investigado por demolición irregular de uralitas en Burgos

La Guardia Civil ha detenido en Burgos a D.G.A. de 44 años, F.J.G.A. de 55 e investigado a J.C.M.G. de 62 como presuntos autores, en distinto grado de autoría, de los delitos contra los Recursos Naturales y el Medio Ambiente y contra la Salud Pública, por la demolición de unas antiguas naves en las que se han encontrado amianto. Esos residuos podrán haber puesto en grave riesgo a las personas y destruido la vegetación de ribera de un arroyo.

Los hechos investigados se vienen desarrollando desde el pasado mes de agosto, cuando una Patrulla del SEPRONA detectó, en una localidad de La Bureba, lo que aparentemente parecían ser unos trabajos de demolición de unas viejas naves. El hecho de que los tejados estuvieran construidos con placas de fibrocemento, uralita, llamó la atención de los agentes, ya que para la gestión y eliminación de este residuo se necesita un permiso adecuado, por lo que la patrulla comprobó la legalidad de las obras.

La inspección ocular practicada destapó numerosas irregularidades, como por ejemplo que los operarios allí presentes carecían de Equipos de Protección Individual contra los riesgos derivados de la exposición al amianto durante el trabajo o que se esparcía el escombro mezclado con las placas de fibrocemento para la realización de soleras en el lugar. La demolición carecía del correspondiente permiso así como del preceptivo plan de retirada y tratamiento posterior del amianto, 2.035 m2 de placas de fibrocemento; además parte de los vertidos resultantes habían acabado en un arroyo cercano con la consiguiente destrucción de vegetación y del arbolado existente, con ejemplares centenarios.

Se estima en 6.820 m3 el volumen de escombro obtenido, mezcla del material de obra y del fibrocemento, del que se tomaron entonces muestras; una vez analizadas por el Servicio de Criminalística del Cuerpo se ha determinado la presencia de amianto en su composición. A pesar de las insistencias tanto del SEPRONA como de la Oficina Territorial de Trabajo de la Junta de Castilla y León y la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social de Burgos, para que se detuviera la demolición, las pesquisas practicadas han demostrado que los responsables hicieron caso omiso y la obra nunca se paró.

Los investigadores consideran que se ha puesto en peligro el Medio Ambiente y la salud de las personas al existir un serio riesgo por la posible presencia de partículas de amianto en suspensión diseminadas por el aire y por la destrucción de la vegetación de ribera de un arroyo por el vertido incontrolado.

Cabe destacar que se ha detectado el almacenaje de semilla perteneciente a la cosecha de esta temporada en una nave aledaña, así como la reciente siembra de cereal en terreno contaminado.

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La familia de un fallecido por exposición al amianto reclama 388.926 euros

La familia de un empleado de CAF fallecido de cáncer tras trabajar expuesto al amianto reclama a esta empresa por la vía judicial distintas compensaciones económicas, por un importe total de 388.926 euros, informa la Asociación de Víctimas del Amianto en el País Vasco (Asviamie).

Según señala este colectivo en una nota, en la vista por estos hechos, que tendrá lugar el este jueves en el Juzgado de lo Social número 3 de San Sebastián, los allegados del fallecido solicitarán 318.926 euros por los daños y secuelas padecidos por el perjudicado y otros 70.000 euros en concepto de daño moral sufrido por la viuda.

Asviamie recuerda en su comunicado que el fallecido trabajó en CAF «toda su vida laboral» desde 1971 y que «permaneció expuesto al amianto en su puesto de trabajo de montaje hasta su jubilación el año 2014».

La asociación de víctimas del amianto precisa que la compañía «lo incluyó en el listado de trabajadores expuestos al amianto en 2012, tras una denuncia interpuesta por el comité de empresa«.

En 2018, le fue diagnosticado un mesotelioma maligno en el Hospital Universitario Donostia, tras lo que en 2019 el Instituto Nacional de la Seguridad Social dictó una resolución que reconoció que se trataba de una enfermedad profesional.

Asviamie recalca que la exposición al amianto de este operario «se produjo sin que la empresa adoptara las más mínimas medidas de seguridad, con consecuencias fatales para su salud«. Este colectivo expresa en su nota su »malestar« con CAF »por no reconocer su responsabilidad con relación a las personas enfermas y fallecidas por causa del amianto«.

«Pensamos, que ya es hora de abandonar la vía judicial, que sólo está causando más perjuicios morales a las familias afectadas«, subraya el escrito, en el que también recuerda la suspensión de las concentraciones que realizaba ante el Palacio de Justicia durante los juicios por amianto, debido a la pandemia de la covid-19.

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